Quinteto Contrapunto
Quinteto Contrapunto
Quinteto Contrapunto
1 de marzo de 2022
1 de marzo de 2022
La génesis del Quinteto Contrapunto
Por: Nota Marcata
Por: Nota Marcata
Este escrito es una cita tomada del libro "Coplero que canta y toca" (Una biografía de Alberto Arvelo Torrealba) escrito por su hija, Mariela Arvelo. Ella ofrece un relato en primera persona de la génesis de lo que luego fue el Quinteto Contrapunto.
A propósito de música, nuestra casa en Roma conoció los inicios del Quinteto Contrapunto, o mejor dicho, el germen del quinteto, porque al principio fueron tan solo dos los integrantes de la famosa agrupación: Rafael "Fucho" Suárez y Domingo Mendoza.
El primero de ellos, Rafael Suárez, era estudiante de composición en la Conservatorio Santa Cecilia de Roma, y había logrado realizar singulares arreglos musicales para algunos corridos populares venezolanos, que mi padre había rescatado del olvido. Rafael se reunió luego con Domingo Mendoza, ex integrante del Orfeón Universitario de Caracas. Muy pronto los dos músicos unieron sus talentos, entraron en fecunda sintonía, concibieron un nuevo proyecto y las ideas comenzaron a fluir. Entonces Rafael Suárez se dio a la tarea de escribir sus arreglos para dos voces. No había pasado mucho tiempo cuando el dúo comenzó a interpretar, de una manera novedosa y única, la música folclórica venezolana.
Años más tarde, a comienzo de los 60, el barítono Rafael Suárez (en su papel de director, arreglista e intérprete del cuatro venezolano), y el bajo Domingo Mendoza, se reunían a tocar y cantar en nuestra casa de Caracas. Al dúo inicial se agregaron las voces de las mezzo-sopranos Aída Navarro y Morella Muñoz y del tenor Jesús Sevillano. ¡Se había formado el Quinteto Contrapunto! Muy pronto se produjo el lanzamiento de su primer disco, el cual logró un grandioso éxito.
El propio nombre del conjunto, "Contrapunto", fue sugerido por mi padre, a quien los músicos consideraban su padrino. Algunas veces, como gesto de afecto hacia la familia, ensayaban en la quinta Mariela y le ofrecían a papá un sitial de honor. Él hacía comentarios que los cantantes tomaban en cuenta, y aplaudía jubiloso las fantásticas interpretaciones.
Entre las piezas musicales del Quinteto Contrapunto, se encontraba "La Puerca", divertido joropo popular, de muy vieja data, que les había enseñado mi padre. En fiestas familiares, él disfrutaba con la jocosa pieza, y cantaba con gracia el solo de "la vieja", adaptando su voz a la muy temblorosa del personaje:
"Muchacha, espantá esa puerca,
porque me quiere quitar la vía.
Escúchala como hace,
escúchale el ronquío,
¡Jo Jo Jo Jo!"
...Cuando finalizaba la canción, todo el mundo se echaba a reír.
Entre los otros temas que le enseñó mi padre a Contrapunto, se encontraban "Cándida María" y el "Corrido de los Pájaros". Sobre esta última composición hablaremos en otro capítulo.
Arvelo, Mariela - "Coplero que canta y toca" pp 344-345.
Este escrito es una cita tomada del libro "Coplero que canta y toca" (Una biografía de Alberto Arvelo Torrealba) escrito por su hija, Mariela Arvelo. Ella ofrece un relato en primera persona de la génesis de lo que luego fue el Quinteto Contrapunto.
A propósito de música, nuestra casa en Roma conoció los inicios del Quinteto Contrapunto, o mejor dicho, el germen del quinteto, porque al principio fueron tan solo dos los integrantes de la famosa agrupación: Rafael "Fucho" Suárez y Domingo Mendoza.
El primero de ellos, Rafael Suárez, era estudiante de composición en la Conservatorio Santa Cecilia de Roma, y había logrado realizar singulares arreglos musicales para algunos corridos populares venezolanos, que mi padre había rescatado del olvido. Rafael se reunió luego con Domingo Mendoza, ex integrante del Orfeón Universitario de Caracas. Muy pronto los dos músicos unieron sus talentos, entraron en fecunda sintonía, concibieron un nuevo proyecto y las ideas comenzaron a fluir. Entonces Rafael Suárez se dio a la tarea de escribir sus arreglos para dos voces. No había pasado mucho tiempo cuando el dúo comenzó a interpretar, de una manera novedosa y única, la música folclórica venezolana.
Años más tarde, a comienzo de los 60, el barítono Rafael Suárez (en su papel de director, arreglista e intérprete del cuatro venezolano), y el bajo Domingo Mendoza, se reunían a tocar y cantar en nuestra casa de Caracas. Al dúo inicial se agregaron las voces de las mezzo-sopranos Aída Navarro y Morella Muñoz y del tenor Jesús Sevillano. ¡Se había formado el Quinteto Contrapunto! Muy pronto se produjo el lanzamiento de su primer disco, el cual logró un grandioso éxito.
El propio nombre del conjunto, "Contrapunto", fue sugerido por mi padre, a quien los músicos consideraban su padrino. Algunas veces, como gesto de afecto hacia la familia, ensayaban en la quinta Mariela y le ofrecían a papá un sitial de honor. Él hacía comentarios que los cantantes tomaban en cuenta, y aplaudía jubiloso las fantásticas interpretaciones.
Entre las piezas musicales del Quinteto Contrapunto, se encontraba "La Puerca", divertido joropo popular, de muy vieja data, que les había enseñado mi padre. En fiestas familiares, él disfrutaba con la jocosa pieza, y cantaba con gracia el solo de "la vieja", adaptando su voz a la muy temblorosa del personaje:
"Muchacha, espantá esa puerca,
porque me quiere quitar la vía.
Escúchala como hace,
escúchale el ronquío,
¡Jo Jo Jo Jo!"
...Cuando finalizaba la canción, todo el mundo se echaba a reír.
Entre los otros temas que le enseñó mi padre a Contrapunto, se encontraban "Cándida María" y el "Corrido de los Pájaros". Sobre esta última composición hablaremos en otro capítulo.
Arvelo, Mariela - "Coplero que canta y toca" pp 344-345.